Agua
Nuestro elemento esencial es sanador por cualquier vía. Tomando dos vasos en ayunas para evitar el estreñimiento, o un vaso antes de cada comida, sirve como cura para la gastritis. Si se ingiere caliente en tacitas pequeñas es adelgazante, y si está tibio en grandes dosis permite devolver atenciones en caso de intoxicación, mejor aún si se le coloca una pizca de mostaza.
Pero su acción magistral está en el hielo, que aplicado en bolsa alivia todo dolor, sobre todo si es por trauma, una acción en la que todavía nada lo supera en el mercado. En el baño cambiando de temperatura mejora la circulación de la parte aplicada, y si entra en contravía por el recto, lo limpia y purifica cuando estamos trancados de la digestión.
Sábila
Si me dieran a escoger una sola planta en el planeta para usar, está sería mi preferida. Por fuera cicatriza heridas y alivia quemaduras como ninguna. Y por dentro sirve desde aliviar la tos facilitando que se expulsen las flemas, hasta mejorar el estreñimiento y curar el intestino irritable, entre otros. El mercado está lleno de productos de aloe para la piel y el intestino.
Aceite de ricino
Sabe a diablos y eso es lo que le saca a uno por el intestino luego de tomarlo, eso sí con retorcijones de por medio. Popularizó su uso externo el ‘profeta dormido’, como bautizaron al famoso vidente estadounidense de principios del siglo XX, Edgar Cayce, quien nos dejó el legado de aplicarlo para quitar verrugas, manchas, limpiar la piel y dejarla tersa y admirable a pesar de que su aroma no le ayude. Si se humedece un pañuelo de tela –de esos que aun pocos caballeros usan– sirve para que el calor de una familiar bolsa de agua caliente penetre hasta lo profundo.
Panela
¿Quién en Colombia no ha tomado aguapanela con limón en la gripa? Eso sí, muy caliente para que ayude a sudar y a bajar la fiebre. Pero su gran virtud es que cuando se aplicada en las heridas abiertas, las desinfecta y cicatriza. Si no, que lo digan los cirujanos, que día a día la utilizan cuando coserlas no es posible.
Té
La segunda bebida más empleada en el mundo luego del agua es el milenario remedio para tomar luego de una descompostura de estómago, permitiendo después volver a recuperar la dieta convencional. Nadie tampoco se ha escapado de usar algodones empapados en té tibio o frío, según sea la tradición de la familia, para aliviar las dolencias de los ojos.
Miel y propóleo
La miel aclara la garganta, suaviza la tos, da vigor y endulza todo lo que acompaña. Además, deja la piel brillante y tersa luego de aplicarla. El propóleo no tiene comparación para aliviar la tos de los niños y por eso está en los jarabes que venden en las tiendas naturistas. Ojo con la miel, pues no es buena para los diabéticos, aunque se diga lo contrario.
Canela
Esta milenaria especie ha sido empleada en Oriente como el tónico ideal para que el cuerpo se defienda de un sinnúmero de enfermedades. Su infusión se emplea para la indigestión y como estimulante del apetito en los niños o en las personas inapetentes tras una convalecencia. Su uso más difundido es como cura del cólico menstrual, así como elemento para bajar el colesterol ‘malo’, según se habla desde la antigüedad.
Hierbas aromáticas y plantas diversas
Además de la canela hay muchas plantas con una infinidad de usos y vías de administración. Entre ellas están la infusión de manzanilla y de valeriana para la ansiedad, de hierbabuena para la indigestión, del agua de lechuga para el insomnio, de las hojas de brevo para la hipertensión y de las de sauco en gárgaras para la amigdalitis.
Sábila
Si me dieran a escoger una sola planta en el planeta para usar, está sería mi preferida. Por fuera cicatriza heridas y alivia quemaduras como ninguna. Y por dentro sirve desde aliviar la tos facilitando que se expulsen las flemas, hasta mejorar el estreñimiento y curar el intestino irritable, entre otros. El mercado está lleno de productos de aloe para la piel y el intestino.
Aceite de ricino
Sabe a diablos y eso es lo que le saca a uno por el intestino luego de tomarlo, eso sí con retorcijones de por medio. Popularizó su uso externo el ‘profeta dormido’, como bautizaron al famoso vidente estadounidense de principios del siglo XX, Edgar Cayce, quien nos dejó el legado de aplicarlo para quitar verrugas, manchas, limpiar la piel y dejarla tersa y admirable a pesar de que su aroma no le ayude. Si se humedece un pañuelo de tela –de esos que aun pocos caballeros usan– sirve para que el calor de una familiar bolsa de agua caliente penetre hasta lo profundo.
Panela
¿Quién en Colombia no ha tomado aguapanela con limón en la gripa? Eso sí, muy caliente para que ayude a sudar y a bajar la fiebre. Pero su gran virtud es que cuando se aplicada en las heridas abiertas, las desinfecta y cicatriza. Si no, que lo digan los cirujanos, que día a día la utilizan cuando coserlas no es posible.
Té
La segunda bebida más empleada en el mundo luego del agua es el milenario remedio para tomar luego de una descompostura de estómago, permitiendo después volver a recuperar la dieta convencional. Nadie tampoco se ha escapado de usar algodones empapados en té tibio o frío, según sea la tradición de la familia, para aliviar las dolencias de los ojos.
Miel y propóleo
La miel aclara la garganta, suaviza la tos, da vigor y endulza todo lo que acompaña. Además, deja la piel brillante y tersa luego de aplicarla. El propóleo no tiene comparación para aliviar la tos de los niños y por eso está en los jarabes que venden en las tiendas naturistas. Ojo con la miel, pues no es buena para los diabéticos, aunque se diga lo contrario.
Canela
Esta milenaria especie ha sido empleada en Oriente como el tónico ideal para que el cuerpo se defienda de un sinnúmero de enfermedades. Su infusión se emplea para la indigestión y como estimulante del apetito en los niños o en las personas inapetentes tras una convalecencia. Su uso más difundido es como cura del cólico menstrual, así como elemento para bajar el colesterol ‘malo’, según se habla desde la antigüedad.
Hierbas aromáticas y plantas diversas
Además de la canela hay muchas plantas con una infinidad de usos y vías de administración. Entre ellas están la infusión de manzanilla y de valeriana para la ansiedad, de hierbabuena para la indigestión, del agua de lechuga para el insomnio, de las hojas de brevo para la hipertensión y de las de sauco en gárgaras para la amigdalitis.
Pero entre las reinas está el azafrán para la depresión, cuya eficacia ha comprobado la ciencia, aunque con esos precios sale más caro que el Prozac. Lo que más recomiendo y uso por mi trabajo es chupar el clavo de olor para aliviar el dolor de garganta y aclarar la voz cuando se ha abusado de echar lengua. Termino con el boldo para limpiar el hígado y con la acacia de la India para el estreñimiento, de las cuales no es bueno abusar porque así como ayudan, su exceso puede ser perjudicial (así parezcan inofensivas). No todo en la naturaleza es bueno. Si no que le pregunten a Sócrates, que murió debido a la cicuta que crece silvestre.
Limón
A primera vista es reconocido como ácido
sin embargo, unas goticas disueltas en agua permiten generan una reacción alcalina en el cuerpo, que ayuda a eliminar los productos que dejan la comida chatarra, los medicamentos y las carnes. Si se toma la cura del limón, se ayuda a combatir la hipertensión. Consiste en el jugo puro de un fruto tomado en ayunas, una dosis que se va incrementando diariamente en un limón hasta la jornada vigésimo primera, y luego se devuelve disminuyendo de a uno hasta continuar para siempre con un solo fruto en ayunas. ¡Muchos machos sí lo hacen! Y para la tendinitis de los golfistas, los ciclistas y los tenistas, frotado en la piel de la zona adolorida, de verdad no tiene comparación.
Cebolla
Además de sus infinitos usos culinarios, se ha usado la cabezona roja cortada en agua en la noche –tomando al día siguiente solo el líquido– como diurético, así como para mejorar el mal que con el tiempo le llega a todo hombre: el de la próstata.
Limón
A primera vista es reconocido como ácido
sin embargo, unas goticas disueltas en agua permiten generan una reacción alcalina en el cuerpo, que ayuda a eliminar los productos que dejan la comida chatarra, los medicamentos y las carnes. Si se toma la cura del limón, se ayuda a combatir la hipertensión. Consiste en el jugo puro de un fruto tomado en ayunas, una dosis que se va incrementando diariamente en un limón hasta la jornada vigésimo primera, y luego se devuelve disminuyendo de a uno hasta continuar para siempre con un solo fruto en ayunas. ¡Muchos machos sí lo hacen! Y para la tendinitis de los golfistas, los ciclistas y los tenistas, frotado en la piel de la zona adolorida, de verdad no tiene comparación.
Cebolla
Además de sus infinitos usos culinarios, se ha usado la cabezona roja cortada en agua en la noche –tomando al día siguiente solo el líquido– como diurético, así como para mejorar el mal que con el tiempo le llega a todo hombre: el de la próstata.
Muchos campesinos no pasan por la cirugía gracias a este oloroso vegetal. Todos sabemos que hace llorar a cualquiera al picarla, y por eso se deja toda la noche cortada por la mitad junto a la cama a los niños agripados o con asma, para que respiren mejor ¡Amanecerá y veremos! Sin embargo, uno de sus usos más extendidos es en rodajas aplicadas en la piel de la cara para quitar las manchas rojas, que de paso hay que lavar luego muy bien con el primer remedio de la lista para evitar alejar a todo ser que se nos acerque.